Toca sentarse a escribir. Pero cómo sentarse después de que mis personajes ya hayan echado a andar.
¿De verdad no podría traérmelos a casa? Qué difícil se me hace escribir teatro desde la inmovilidad del cuaderno. Ése es el yugo del autor y también su periplo vital.
Con tiempo hallaré un final y un título. Tiempo al tiempo me repito y sin perder tiempo, abro la página En Blanco 09.
Hemos aprovechado el tiempo y nos hemos sabido aprovechar de él. ¡Vaya locura!
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